La pantera himpla. El pavo gluglute

Cuando me desenamoro ocurre en mitad de la tarde me pilla ocupada. Observo el vuelo del ácaro entre consternada y divertida la aleación por fin culminada de tu humor y ligereza entre los tonos del naranja. Lego a los anales de nuestro evangelio que cuando me desenamoré no te convertiste en el fantasma que meSigue leyendo «La pantera himpla. El pavo gluglute»

Las peras que el olmo ofrece.

Nuestra relación cambia,desde el momento que me dijiste te quieroy yo vi el paredóny en vez de dar la vuelta, correrapoyé mis dos manossin saber qué color primario quedaría fuera,aliviada por la huella amarillay le huella azul. Pero las marcas cambiarondespués de la primera noche que no dormípensando en cuánto debía de gustarte Juana DoeparaSigue leyendo «Las peras que el olmo ofrece.»

Por si no volvemos a conseguir nada.

Te quise muchísimosencillamente y con dificultadllenos de barro en nuestro tercer viajelejos de las cosas que me gustaban.No es que quisiera una vida asípero la quise.Y el sándwich de la hora de la comidame llenó por completo.Te quise muchísimoaun cuando besaste a otra chicay me lo contaste el primero de marzoy no me pediste perdónSigue leyendo «Por si no volvemos a conseguir nada.»

Un soneto que tuve que escribir en mi taller de poesía en 2018.

Nos conocimos tan pronto.Mes de marzo, luna llena.Enredados en silenciola antípoda a una piedraes mi cuerpo temblorosoen tus manos hechas hiedra.Hiciste algún gesto tontoyo sonreí o hice una mueca.-Vas a irte un día, lo sé.Y un día seré una muerta.Pasarían años fértiles,los regamos con manguera.Tuvimos casa, pez, niños,te follaste a la niñera.Y aunque aprendí aSigue leyendo «Un soneto que tuve que escribir en mi taller de poesía en 2018.»

Sin Eva no hay paraíso.

En algún lugar hay una Eva a la que me parezco. Pero ella es mucho mejor.Reivindico su corona y sus más de cinco años de experiencia. Comparto su tristeza y el destierro, y los sé más suyos.Ella estaba ahí mucho antes de que yo llegase, y permanecerá después. Lo supe al ver todo ese jaleo:Sigue leyendo «Sin Eva no hay paraíso.»

Cruces.

Yo tuve un novio que se llamaba Ramiro. Era majete, la verdad. Hacíamos cosas chulas: manualidades con lucecitas (una ciencia interesante), papiroflexia con las siestas, corríamos ante la incomprensión de los mayores y ganábamos la carrera. Fueron años bastante amarillos. Nos peleábamos, nos reconcilíabamos, nos peleábamos… Echábamos a suertes quién se comía el último bombónSigue leyendo «Cruces.»